Poco a poco se va acercando el verano y, con él, la llegada del tiempo más apropiado para disfrutar de las piscinas.
Tradicionalmente, el agua de las piscinas ha sido tratada con uno de los productos químicos más extendidos en nuestra vida diaria: el cloro.
Sin embargo, desde hace tiempo y debido a los problemas derivados de su uso para los seres humanos, animales y medioambiente en general, desde las instituciones europeas se está tendiendo a reducir su uso. Por ejemplo, hay procesos de la industria alimentaria donde ya está prohibido.
El cloro reacciona con la materia orgánica del agua de la piscina y genera subproductos tóxicos como los trihalometanos y cloraminas
¿Por qué? Entre otras cosas, aplicado al caso de las piscinas, porque la materia orgánica en suspensión en el agua de la piscina (grasas, urea, descamaciones de la piel…) reacciona con el cloro y se generan subproductos de la cloración (SPC) potencialmente tóxicos. Entre otros, trihalometanos y cloraminas que, además de ser las causantes del característico “olor a piscina” y las molestas irritaciones oculares y cutáneas, son muy perjudiciales para la salud, pudiendo resultar cancerígenas.
Desinfección del agua de piscina con Ozono
El tratamiento del agua de una piscina requiere, además de un buen sistema de filtración, del control de la temperatura y del ajuste del PH, de:
- Un oxidante para la destrucción de la materia orgánica.
- Un desinfectante para eliminar los microorganismos infecciosos.
- Un alguicida para impedir el crecimiento de las algas.
Además de los subproductos tóxicos del cloro que hemos comentado, los sistemas convencionales de cloración de piscinas no siempre son suficientes para garantizar la seguridad de los bañistas, pues existen un gran número de bacterias y virus clororesistentes (cryptosporidium, giardia…), independientemente de la cantidad de cloro dosificada. Algo especialmente crítico en los casos de instalaciones públicas (piscinas públicas y municipales, gimnasios, hoteles, spas, balnearios urbanos…).
El Ozono, un producto natural y sin residuos usado desde hace más de cien años en el tratamiento del agua de boca, nos permite obtener las mejores condiciones de baño y atmosféricas, tanto para los usuarios de las piscinas como para el personal que las atiende.
Nuestros diversos sistemas son capaces de adaptarse a piscinas de cualquier tamaño, desde la más pequeña doméstica y spas hasta las mayores piscinas olímpicas, con unos resultados sorprendentes.
Beneficios del uso del Ozono para la desinfección del agua de piscinas y spas
01 / El Ozono es capaz de inactivar rápidamente bacterias tan peligrosas como E.coli, legionella, salmonella… y todo tipo de microorganismos patógenos, como virus, amebas y esporas.
02 / Previene la acumulación de productos causantes de olores, derivados dañinos o refractarios de la cloración de la contaminación orgánica humana (monocloramina, dicloramina, tricloruro nitrogenado, trialometano, calorocreatinina, clorourea…).
03 / Elimina los precursores de las cloraminas y trihalometanos, con potencial cancerígeno.
04 / El Ozono mejora las reacciones del breakpoint del cloro y la eliminación del amoníaco, desapareciendo el típico “olor de piscina” y la irritación de los ojos y de la nariz.
05 / El Ozono se encarga de manera segura de los contaminantes nitrogenados orgánicos o los componentes de color, sabor y olor que pueden haber estado presentes en el agua de aporte.
06 / Obtenemos un agua muy clara y brillante, gracias a que los compuestos orgánicos más polares en el proceso de oxidación con Ozono se combinan con cationes polivalentes como calcio, magnesio, hierro, aluminio y magnesio para formar material complejo insoluble, de gran peso molecular, fácilmente eliminado por filtración (el efecto microfloculación). Desaparece así el agua de color verdoso.
Desinfección del agua de piscinas mediante reactores de luz ultravioleta
Además de generadores de Ozono acuoso a partir de oxígeno y una descarga eléctrica provocada dentro de un reactor de corona, existen otros sistemas capaces de lograr un agua de piscina de la máxima calidad basados en dos tecnologías limpias y sin residuos: la luz ultravioleta y la electrólisis.
Todos ellos se pueden aplicar a piscinas nuevas pero también a sistemas ya existentes de una forma muy económica, rápida y sencilla.
Mediante la luz ultravioleta podemos desinfectar el agua de piscinas de dos formas:
- Mediante reactores ultravioleta a través de los cuales se hace pasar el caudal de agua y, por contacto con la radiación emitida por esta luz, son muy eficaces para maximizar la calidad del agua, logrando la eliminación de las cloraminas y del riesgo de contaminación del agua por microorganismos como Criptosporidium, Giardia, Toxoplasmas… Disponemos desde sistemas pequeños para piscinas privadas a sistemas de Media Presión para caudales hasta los 900 m3/h.
- Mediante sistemas SUV que generan Ozono a partir de la luz ultravioleta y lo inyectan en el agua mediante un venturi. Consiguen niveles muy bajos de trihalometanos (THM), son muy efectivos contra microorganismos clororesistentes, reducen la irritación de piel y ojos y aumentan notablemente la claridad del agua.
Mediante la combinación de ozono gas y luz UV conseguimos un proceso de oxidación avanzada (OA), a través del cual se forman radicales libres de hidroxilo altamente reactivos en el proceso de reacción fotoquímica. El proceso de OA mejora la descomposición de los contaminantes orgánicos y ofrece un excelente control de patógenos a través de la inactivación del cloro resistente.
Desinfección del agua de piscinas mediante electrólisis
Finalmente, la tercera tecnología sostenible para el tratamiento del agua de piscinas que ofrecemos en Ozono Innovación es la electrólisis.
Este sencillo proceso consiste en la transformación, in situ, mediante unos electrodos, del cloruro sódico (sal) en ácido hipocloroso (HClO) e iones hipoclorito (HClO), con el mismo potencial desinfectante del cloro sintético pero sin la formación de sus subproductos.
Frente a otros sistemas de electrólisis que exigen añadir grandes cantidades de sal al agua de la piscina para dar lugar a este proceso, nuestras soluciones sólo requieren 0,5 g/litro de sal. Lo que se traduce aproximadamente en una diferencia de 1 frente a 7-10 bolsas de sal requeridas en un sistema de electrólisis convencional. Una piscina tratada de esta forma ni tiene olor a cloro ni sabor a sal.
Además, nuestros sistemas combinan la desinfección UV con la electrólisis, dando la posibilidad de un funcionamiento desincronizado de ambas tecnologías. Incorporan también un sensor de temperatura para apagar la electrólisis si +15 C, un sistema de control integrado del pH y funcionan mediante una aplicación de smartphone.
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¿Quieres disfrutar en tu piscina de las más avanzadas, saludables, limpias y sostenibles tecnologías de desinfección?
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